lunes, 25 de febrero de 2013

Montserrat, niebla y el acentor alpino

La siguiente historia ocurrió un frío día invernal (el pasado jueves 13 de febrero). Dani y yo, acompañados de quien durante un tiempo fue el tercer miembro de la obsesión pajaril (llamémosle...Marta), decidimos ir a la Montaña de Montserrat con el objetivo de subir al Montgròs, con sus escasos 1.133 metros de altura y de paso ver si nos topábamos con alguna Capra hispanica.

Montgròs (Montserrat)

Por lo visto, escogimos el peor de los días para ir, puesto que una espesa niebla nos impedía ver lo que había más allá de 10 metros de nosotros, con lo que no pudimos observar el paisaje que nos rodeaba, y mucho menos ver las dichosas cabras (la foto anterior del Montgròs es sacada de internet, puesto que poner una foto blanca no me parecía buena idea).

Parecía que el día iba a servir sólo para estirar las piernas. Ni cabras, ni pájaros, ni paisaje y ni si quiera personas (estábamos en el lado no turístico), cuando justo al llegar a la cima del Montgròs, a lo lejos se apreció una silueta de un pájaro algo más pequeña que la de un mirlo.

Cómo estaba yo sólo (ya que mis compañeros no llegaron a la cima porque no se atrevieron a pasar por encima de una minigrieta) y tenía la cámara en el fondo de mi mochila porque no la había necesitado para nada (ni creía que la fuese a necesitar), decidí quedarme quieto, no fuese que ese animal se asustase y me quedase sin saber que era. Así que ahí estaba yo, quieto como un tronco, casi sin pestañear y rodeado de niebla, esperando que un pajarillo se acercase a mi, para poder verlo. 

Alguien que subió hace poco dejó constancia de su llegada.

Y así fue, poco a poco el pájaro se fue acercando, hasta que pude divisarlo. No tenía ni idea de lo que era (recordad que soy nuevo en esto), así que me puse a memorizar sus rasgos para luego identificarlo (aún arriesgándome a que Dani no me creyera por no traer conmigo una foto como prueba).

Acentor alpino o Cercavores en catalán (Prunella collaris) en la niebla.
Finalmente, el pájaro pasó de largo, y con su imagen guardada en mi cabeza ya podía arriesgarme a coger la cámara e intentar fotografiarle antes de que se fuese. Y así lo hice. Abrí la mochila, tiré por los suelos el abrigo, los bocatas, el agua...hasta que finalmente llegué a mi cámara. - ¡¡Rápido!! - pensé.  - ¡¡Hay que hacer una foto antes de que huya!! - Logré hacer una foto, aunque prácticamente ni se veía el pájaro medio tapado por la niebla, pero a partir de entonces, en vez de suceder lo típico que pasa siempre cuando apuntas a una ave con tu cámara, éste decidió acercarse cada vez más a mi dando brincos, cosa que aproveche para hacer fotos que se vieran más aceptables que la primera, y aunque la luz era escasa, al final salió alguna foto decente.

Acentor alpino (Prunella collaris) a escasos 4 metros.

Se quedó un buen rato dando vueltas a mi alrededor, y como se mostró tan amigable, le di un trozo de mi bocata de lomo con queso, aunque sólo picoteó el pan  (¡qué desagradecido! xD).

Al llegar a casa, rápidamente lo busqué en la guía. Acentor alpino se llamaba (Prunella collaris). Ave que cría en zonas alpinas, de 1800 a 3000 metros, aunque iverna en altitudes más bajas (aaahhhh, ¡ya decía yo!). Se alimenta principalmente de insectos y semillas (por eso despreció el lomo con queso, claro), y cría en grietas rocosas. 

Para completar la informacíon busqué en wikipedia y allí decía lo siguiente: resulta llamativo su comportamiento extremadamente confiado ante la presencia del hombre. Y así me di cuenta de que mi comunicación telepática con animales sigue sin funcionar...pero eso sólo es cuestión de tiempo...

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